Xavier
de
Palau

Crónicas desde mi Laberinto

El Sonido de las Plantas

(El Latido de la Savia)

plantas



Sabemos desde hace tiempo que a través de las plantas circula electricidad a una potencia muy baja, pero lo suficiente para ser detectada con los sensores adecuados.

Los experimentos de sonificación que escribo a continuación, nos podrían ayudar a crear un lenguaje artístico-musical basado en la naturaleza; no inspirado en ella, sinó extraída de ella.

Una vez examinados los resultados obtenidos haremos simplemente música y no entraremos a debatir en lo que para unos serían unas reflexiones sobre naturalismo filosófico o movimientos espirituales como el animismo o el neopaganismo. Tampoco es un estudio científico sobre botánica u otro campo de las ciencias biológicas o físicas. Simplemente inquirimos en otro lenguaje artístico, otra forma original de composición. Eso sí, con el máximo rigor metodológico y formalismo que se requiere para su elaboración.

Me limitaré a narrar las primeras experiencias de los trabajos anotados en mi cuaderno de campo, analizando y sonificando esos "latidos" de la naturaleza, "El Latido de la Savia"; no extentos de unos resultados emocionantes y algo misteriosos.



Cuaderno de campo. Can Lleonart (Rocafort), 27-09-2022.

Experimentos preliminares

Una vez comprobado que el hardware funcionase correctamente, iniciamos la colocación de los sensores en la higuera del jardín sin dañar las hojas. Nos sorprende con la rapidez con la que empezaron a emitir sonidos contínuos y variados. Cuanto más grande y enraizada es la planta, ésta produce contínuamente más notas, incluso si los dos polos están muy separados entre sí. Si uno de los polos se conecta al suelo y el otro en una hoja no se observan cambios apreciables. Tampoco se pierde señal si uno está conectado a una piedra cercana.

En las zonas estratificadas, donde hay menos densidad de material, la señal es más débil (menor conductividad). Percibimos que hay una correlación entre el grado de humedad del medio y las notas: A más humedad más notas, más variadas y contínuas. Los iones disueltos en el agua permiten la conducción de la electricidad, aumentando proporcionalmente respecto a su nivel de concentración de iones (el agua pura no contiene iones, por lo que la conductividad es prácticamente nula).

Probamos con distintas plantas y arbustos como el rosal, el hibiscus, etc, La señal era menos potente que la higuera, sobretodo si las hojas estaban más secas. Si eran de color marrón propio de finales de verano, inicios de otoño, "cantaban" más despació, con más dificultad. No obstante, también ejecutaban un cierto patrón rítmico aunque bastante irregular. Otra planta muy dinámica que testeamos fue el agave que producía una constante lluvia de notas.



El ritmo "humano" del Euonymus

Si bien la higuera nos deslumbró con la gran cantidad y variedad de notas, el Evónimo (Euonymus) nos llamó la atención por su patrón constante de pocas notas pero de carácter casi humano por su constante pulsación y ritmo repetitivo. Era un sistema de percusión "correctamente" sincronizado, ideal para una base percusiva. Es curioso observar que las hojas de este arbusto prácticamente no emiten señal, sinó que ésta emerge de sus frutos, una vaina con una baya abierta mostrando sus semillas rodeadas de pulpa carnosa



El ritmo del euonymus

ritmo



La Majestuosidad de la Encina

En el patio de Can Lleonart crece una imponente encina que no se libró de nuestro análisis. Su ritmo era distinto al resto. Era solemne, grave, profundo, como emanando de las mismas entrañas de la tierra. Era la reina del lugar. Su patrón rítmico era muy claro y constante (incluso si uno de los sensores "pinchaba" una de sus bellotas). A pesar de su enorme dimensión, siempre obtenías el mismo patrón fuera cual fuese el lugar que muestreábamos.

El patrón rítmico consistía en pulsaciones regulares de 7 + 5 (un compàs de 12/8)



El Misterio del Olivo

Era previsible que al "pinchar" un olivo la secuencia de notas fuera abundante y así fue. Lo que no esperábamos es que sobre las 18h (16h T.U.) se detuviera de golpe. Pero no sólo ella, también un segundo olivo que estava enfrente enmudeció de repente. Descartado un posible problema técnico, al principio pensamos que la causa sería una nube que apareció en este momento y que hacía disminuir la iluminación notablemente. Podríamos pensar que esto podría repercutir en la fotosíntesis de las plantas y el bombeo de savia, ralentizando el latido. Sin embargo, al desaparecer la nube no generó más "música" por mucho que lo intentáramos.

El resto de plantas de la zona, incluso pequeños matojos, seguían tocando su "sinfonía vegetal" alegremente. Algo desconcertante pasó y no logramos descifrar por qué los olivos enmudecieron tan repentinamente. Mil y una teorías nos pasaron por la cabeza: ¿fotosíntesis truncada por la descenso de la luminosidad? ¿"Sabían" que era hora de acostarse después de una jornada de trabajo?¿Excesivas moléstias por la presencia de humanos molestándolos con sus pinchazos de los sensores? O puestos a fabular ¿no querían que descrubriesemos su lenguaje, su secreto? Pero hay algo mucho más misterioso: al dia siguiente, aún siendo un día soleado y con la misma temperatura y condiciones climáticas, absolutamente todas las plantas de la zona apenas emitian sonido alguno. Los olivos seguian completamente mudos.

Volvimos a analizar la misma zona y a las mismas plantas tanto de hojas perennes como caducas en invierno sin obtener resultado alguno. El bosque estaba invernando. ¡Completamente mudo!

Seguiremos investigando, queda mucho por hacer.




Fragmento del vídeo grabado por Rafael Balaguer (Hierospháneia), Can Lleonart, septiembre 2022

xavier de palau - 2024